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Las pólizas del futuro


El avance de la tecnología y de la ciencia está modificando el cálculo y la forma de contratar coberturas. Los autos con dispositivos driveless, las investigaciones en Genoma Humano y los sistemas de predicción agrícola obligan a replantear los modelos de contratación. ¿Está preparada la industria para el riesgo cero?


Un mundo súper previsible, con autos que se manejan solos, robots que hacen las tareas más peligrosas y un pronóstico de vida extendido. Parece un planeta de dibujitos animados, pero ¿cuán lejos queda?, ¿qué seguros contrataría la Familia Supersónica? La ciencia y la tecnología avanzan hacia una sociedad con menos riesgos y ponen en dudas muchas de las pólizas actuales.


"Se viene un cambio muy grande", vaticina Juan Mazzini, analista senior de Celent. La consultora acaba de publicar un informe con el inquietante título: "El fin de los seguros para auto ¿Escenario o predicción?". La investigación proyecta cómo será la evolución de los sistemas de inteligencia automotriz en los próximos 15 años. De aquí a 2020, Celent pronostica que en América del Norte y Europa cada vez más usuarios comprarán autos equipados con telemática y sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAs, por sus siglas en inglés). De 2021 a 2025, la investigación asegura que la fabricación de autos con este tipo de dispositivos va a contar con apoyo gubernamental. Para 2030 se generalizará el uso de vehículos con tecnología driverless.


"Hoy las pólizas de automotores son el seguro más vendido en todo el mundo. Es interesante preguntarse qué pasaría con ellas si se baja drásticamente el número de siniestros", reflexiona Mazzini. Quince años pasan en un suspiro. De hecho, hay marcas como Volvo que ya venden modelos con dispositivos de manejo autónomo y tecnología crash control. Claro que el estudio de Celent está basado en las normas de fabricación de los Estados Unidos y Europa. Mazzini, argentino radicado en Miami y especialista en el mercado asegurador latinoamericano, aclara que los cambios son más lentos en esta parte del mundo, pero siempre acaban por llegar: "Este tipo de tecnología va a tardar bastante más en masificarse en América latina, pero vamos en ese camino".


El riesgo es creer que nunca va a suceder. La gran pregunta es si la industria está dispuesta a reconvertir sus pólizas o al menos a pensar un escenario un poco menos favorable que el actual. La respuesta, según Mazzini, es más no que sí. "El sector asegurador es conservador y le cuesta pensar que las cosas pueden cambiar tanto en tan poco tiempo. Esto sucede en todas partes del mundo, pero hay algunos países que son más receptivos al cambio", explica.

El Primer Mundo ya empezó a pensar en pólizas para cuando los autos no choquen. Hoy las pólizas cubren los daños causados por fallas humanas y mecánicas. Si la tecnología logra bajar ese riesgo, las pólizas serán cada vez más baratas o no habrá necesidad de contratar un seguro contra terceros. En los negocios, sin embargo, una puerta cerrada puede abrir la ventana hacia otro nicho. "Hoy, ya hay varias compañías, especialmente en los Estados Unidos y el Reino Unido, pensando seguros para posibles hackeos a esos sistemas de seguridad. También joint ventures con las fábricas automotrices en los que los autos se vendan con un seguro de fábrica similar al de un electrodoméstico", dice Mazzini.


"Los vehículos automáticos con alto potencial de seguridad llevarán a que se trabaje en los microseguros, que refieren a asegurar objetos por un tiempo corto acorde a la vivencia del momento. Por ejemplo, una persona se va el fin de semana y se lleva su bicicleta y puede contar con un seguro especial para atravesar esa experiencia de manera segura", afirma Martín Ferrari, CEO de 123 Seguro.


Transformación en el agro

La mayoría de los contratos contra granizo e inundaciones se calcula tomando como indicador de riesgo las precipitaciones mensuales y anuales de cada región. Los sistemas de big data pueden actualizar estas variables hora por hora y avisar a las compañías cualquier dato que se salga de la curva normal. Ya está habiendo experiencias de pólizas "preacordadas", en las que la compañía pacta con sus clientes un sistema de alertas para que éstos puedan hacer sus previsiones ante la amenaza de un evento climático y modificar, en consecuencia, los montos indemnizatorios y el valor de la cuota. "Los Estados Unidos, España, Italia y Canadá tienen experiencias interesantes con sistemas de Internet de las Cosas. Los países demográficamente fuertes, como la India y varias naciones africanas, están a la cabeza de la masificación de pólizas de bajo costo", agrega Mazzini.


Algo parecido sucede con los seguros de salud. La ingeniería genética está permitiendo predecir con cada vez mayor grado de certeza las enfermedades que un individuo puede padecer a lo largo de su vida. Si bien la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la Unesco firmada en 2012, indica algunos principios generales acerca de la recogida, procesamiento, conservación y uso de los datos genéticos de los individuos, todavía no hay ejemplos de jurisprudencia en el mundo sobre Genoma Humano y seguros de salud. Muchos temen que el sistema pueda negar prestaciones a aquellos con riesgo cierto de padecer enfermedades graves o que requieran tratamientos costosos.


Más allá de la discusión ética, la medicina predictiva está modificando la forma de contratar seguros de vida. Un segmento siempre con los ojos de la industria encima: las pólizas no patrimoniales son el gran potencial del mercado, particularmente en América latina. Según un informe del Servicio de Estudios Mapfre, presentado en España hace un par de semanas, en 2015 la brecha de protección de seguros (BPS) en la región fue de u$s 259,4 miles de millones. De ese total, más del 64% (u$s 167 miles de millones) corresponde al segmento de vida. "La tendencia de pólizas de vida más ahorro no sólo es el gran reto de la región sino que forma parte importante de su desarrollo económico", afirma Manuel Aguilera, director General del Servicio de Estudios de Mapfre.


"Es esperable un mayor foco en el diseño de productos que permitan atender a necesidades de una población más longeva, contemplando soluciones en lo que hace a los cuidados de la salud a largo plazo, así como necesidades vinculadas a la acumulación de fondos para Retiro, complementando prestaciones de los Sistemas de Seguridad Social. Los productos deberán, a su vez, diseñarse para su distribución mediante múltiples canales o plataformas de comercialización, incorporando transacciones online", adelanta Fernando Caballero, gerente de Producto de Prudential Seguros.


Que la gente tenga los adelantos médicos a mano para alargar su vida amplía la clientela y ofrece la posibilidad de agrandar la cartera de productos. El futuro viene de la mano de las pólizas a medida. "El aumento de la expectativa de vida está generando una especie de scoring muy parecido al de los automotores, pero aplicado a los seguros de vida", apunta Lorena Lardizabal, socia de Auditoría de KPMG.


La analista explica que con información cada vez más precisa, las aseguradoras están pudiendo medir los riesgos de una manera mucho más predictiva y tarifar en consecuencia. "Dos personas de igual edad e igual condición física pueden tener dos pólizas totalmente diferentes, de acuerdo a su información genética y a sus hábitos cotidianos", explica Lardizabal. Lo que sigue es un esquema de premios y penalidades similar al de la tarifación de una póliza de auto, de acuerdo al historial de infracciones de su conductor.


La personalización de los seguros ataca la necesidad de masividad que tiene hoy el segmento no patrimonial. El crecimiento de los seguros de vida va de la mano del desarrollo económico. La industria sin embargo -aún en las sociedades de buen pasar-, ha fallado en comunicar los beneficios de las pólizas personales. "Necesitamos hacer mucho más accesible el lenguaje de los seguros de vida a la población", subraya Mercedes Sanz, directora del área de Seguro y Previsión Social de la Fundación Mapfre.


En relación al consumo masivo, en EE.UU. la cadena Wallmart, que hace rato comercializa seguros de vida, empezó a cruzar la información de los titulares de sus pólizas con sus consumos en sus supermercados. Así, premian con descuentos a los que compran productos saludables. Los habitués de la comida chatarra, en cambio, pagan más. "La big data es una de las más importantes innovaciones hacia las que va el sector. Quien a analiza los datos y conoce como confinarlos ya está un paso adelante", afirma Ferrari.


¿Y por casa cómo andamos? Los analistas coinciden en que por aquí el futuro es mucho más lejano que en el Primer Mundo. Por ahora delinear productos que se adapten a las tecnologías de riesgo cero no está en el top of the mind de los CEOs criollos, mucho más ocupados por la coyuntura local. "Nuestro mercado es más reactivo que predictivo. Vamos por detrás de la necesidad", advierte Lardizabal y cita el caso de la tormenta de piedra que sufrió Buenos Aires en 2010. "En ese momento nadie tenía cobertura antigranizo. A partir del evento, los productores salieron a ofrecerlas masivamente. Hoy, casi no hay vehículo que no la tenga", recuerda.


"En otros países, la telemática aplicada al negocio de los seguros está muy avanzada. Vamos más despacio, pero vamos", admite Fabián Melnitzky, gerente de Canales Alternativos de Intégrity Seguros. La compañía, que acaba de recibir del fondo de inversión Kranos Capital una capitalización $38 millones para profundizar su operatoria local, ya está mirando los nuevos nichos, como pólizas para electrodomésticos inteligentes. "En cuanto a nuevas tecnologías de movilidad, ya estamos asegurando las motos eléctricas de Lucky Lion que se comercializan en el país", agrega.


Algunas medidas sobre la operatoria local empujan a las nuevas pólizas. "La resolución del Enacom que va a inhabilitar el IMEI de los celulares robados, es un gran avance para que las pólizas de equipos móviles logren una mayor penetración", asegura Melnitzky. "De la mano de incentivos fiscales y una mayor concientización de la población, es esperable que los consumidores se muestren interesados en nuevos productos", coincide Caballero.

El ejecutivo de Prudential asegura que el mercado local tiene un largo camino por recorrer. "En contrapartida, tiene un alto potencial de crecimiento. La compañía está alerta para evaluar oportunidades de negocios, en línea con las nuevas necesidades. Es esperable que los descubrimientos y avances en el terreno de la medicina y genética con el tiempo impacten en las metodologías de evaluación de riesgos y de suscripción empleadas por las compañías aseguradoras, cuya salud financiera está atada a la definición de precios acordes para los riesgos asumidos".


La industria del seguro funciona en base a datos. Cuánto más predictivos, mejor. "El análisis de la información es clave para el desarrollo de nuevos productos y ya estamos trabajando en la diferenciación en base a detectar las necesidades del cliente, a conocerlo. Hoy la información está disponible, el punto es procesarla y detectar necesidades", concluye Ferrari. La puerta está abierta.

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